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BARRANCAS

En la tierra donde el viento susurra leyendas y el sol golpea la vasta extensión de La Guajira, se alza Barrancas, un pueblo musical de Colombia donde el polvo del carbón forma parte de las tradiciones ancestrales del pueblo. No es solo un lugar en el mapa, sino un latido fuerte en el corazón de la historia y la cultura.

En la margen izquierda del río Ranchería, en un valle formado entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá se encuentra Barrancas, distanciado a 102.57 kilómetros al sur de Riohacha.

Tiene una superficie total de 742 kilómetros cuadrados y está a 40 metros sobre el nivel del mar.

Señala la historia que el 5 de febrero de 1664 tuvo lugar la fundación de Barrancas por parte de por fray José de los Barrancos.

En 1892, Barrancas fue una de locaciones que integró la Provincia de Padilla y se convirtió en municipio, en la época en que pertenecía al Magdalena Grande, y se llamaba Lagunita de la Sierra.

Barrancas ha crecido al ritmo de los acordeones y bajo la sombra de El Cerrejón, una mina que se extiende como un gigante dormido bajo el sol abrasador. No es solo una mina: es el motor económico de la región y una de las operaciones de minería a cielo abierto más grandes del mundo. Su presencia ha transformado a Barrancas de un tranquilo asentamiento a un jugador clave en el mercado global de energía.

Y aunque la principal actividad económica de Barrancas está focalizada en la minería, también hay un creciente movimiento en la comercialización de cultivos como el café, el plátano, algodón, maíz y yuca.

La cultura de Barrancas, con sus raíces en la música vallenata y las tradiciones, ha encontrado maneras de coexistir con la minería. Los festivales y eventos culturales continúan celebrándose, manteniendo vivas las costumbres y la lengua nativa, incluso mientras las máquinas excavadoras trabajan en el fondo.

El gran baluarte de la composición vallenata, Leandro Díaz, es oriundo del municipio de Barrancas. El hombre que veía con los ojos del alma nació en Lagunita de la Sierra, jurisdicción de este municipio al igual que Carretalito, Chancleta, Guayacanal, Las Casitas, Nuevo Oreganal, Papayal, Patilla, Pozo Hondo, Roche y San Pedro.

Carlos Huertas, ‘El Cantor de Fonseca’ que nació en Dibulla y fue bautizado en Barrancas, se inspiró en una habitante de ‘La Tierra Amable’, y compuso ‘Lola la negra’, grabada en 1979, por Los Hermanos Zuleta, en el extinto sello CBS. Uno de los estribillos de la canción, en ritmo de merengue, dice:

Al recordar a Lola la negra

Que de Barrancas es un pedestal

Esa señora prudente y buena

Esa tocaya de mi mamá



En su zona rural, Barrancas tiene una parte llamada La Sierra de los Brito, de donde proviene, quizás, la familia musical más extensa del vallenato (Brito-Díaz), con miembros ilustres entre los que sobresalen Leandro Díaz, Adaníes Díaz y Darío Díaz (nacidos en Lagunitas), Poncho Díaz (acordeonero). Romualdo Brito, el prolífico compositor, autor de más de mil canciones, fallecido el 20 de noviembre de 2020 en un accidente automovilístico, proviene de ese tronco, aunque nació en Tomarazón, jurisdicción de Riohacha.

De Barrancas también son nativos William Campuzano, ‘El Monche’ Brito, Ramón Noriega Badillo, más conocido como ‘Chiche’ Badillo y el folclorista Félix Carrillo Hinojoza.

Los barranqueños profesan una gran devoción por la Virgen del Pilar. Durante la celebración de sus fiestas patronales se realiza en este pueblo musical, desde 1971, el Festival y Reinado Nacional del Carbón.